Uno de los restaurantes que, al menos para mí, son referentes y marcan el rumbo de la gastronomía zaragozana, es el Aragonia Palafox. Cuando alguien me pide que le recomiende un establecimiento para obsequiar a invitados o celebrar algo en pareja, no tengo ninguna duda.
«Id al Aragonia Palafox y dejaos llevar por Jesús Solanas, su director, jefe de sala y sumiller», les digo. Y es que pocos establecimientos pueden presumir de tener una oferta culinaria tan rica y variada, a la vez que basada en criterios coherentes con la temporada y con los productos de proximidad. “Cocina con sabor y aroma, sana, equilibrada, sin disfraces. Cocina contemporánea, no de vanguardia, para todos los paladares”, la definen desde el propio establecimiento.
Y si hay que hablar de maridajes, de vinos, licores, infusiones y otros líquidos delicados no hay mucho que decir: solo constatar que Solanas es uno de los mejores profesionales del país.
Endibias con sardinillas del Cantábrico. Foto de Almozara.
Pues bien, cuando hacía la recomendación a quienes me pedían consejo, únicamente les advertía de que todo eso tenía un precio que a lo mejor no estaba al alcance de todos los bolsillos. Ahora, esta coletilla ya no será necesaria porque los responsables del restaurante han puesto en marcha una nueva fórmula para adaptarse a los nuevos tiempos, en los que el precio final a pagar es uno de los factores que más se tienen en cuenta. Pero la clave es que al ajustar ese precio no se resienta ni la calidad del producto ni del servicio. Y, en mi modesta opinión, en el Aragonia Palafox lo han conseguido con su novedosa oferta, consistente en un menú con un primer plato, segundo y postre a elegir entre varias opciones, con vino incluido, por el precio de 25 euros (IVA incluido).
Esta fórmula la denominan ‘5²’ (cinco al cuadrado) y de ahí el precio final. Este nuevo concepto permite al cliente seleccionar hasta cuatro menús con distinto precio. El siguiente es el ‘6²’ (seis al cuadrado), por 36 €, y hay otro superior, el ‘7²’, por 49 €.
Para los clientes que dan prioridad a un servicio ágil, está el menú ‘4²’ (cuatro al cuadrado), que por 16 euros da opción a un entrante o plato principal y postre.
Como ejemplo, el ‘5²’ que yo he probado, tiene suculentos entrantes, como ‘Crema de calabaza con huevas de mújol, quinoa y aceite de perejil-estragón’, ‘Tartar de salmón con crema de aguacate y yogur’, ‘Endibias con sardinillas del Cantábrico en conserva, bulbo de hinojo, pasas y piñones’, ‘Pencas de acelga con su parmentier al tomillo y refrito de jamón y ajos, ‘Tagliatelle con boloñesa de morcillo de ternera y tomate al orégano’ y ‘Ensalada de queso de cabra con cecina del Bierzo ahumada y helado de aceto balsámico con frambuesas’.
Helado de cacaco con aceite de oliva virgen extra, pan de trigo ecológico de Leciñena y sal Maldon.
Para el plato principal se puede elegir entre ‘Pez espada marinado con miso rojo y fino, limón, aceitunas y tomate’, ‘Bacalao fresco guisado con trompeta de los muertos’, ‘Rape con bisque de carabineros y ñoquis’ (suplemento de 4,50 € al precio del menú), ‘Fideuá de pollo de corral con almendras, avellanas y all-i-oli de ajo asado, ‘Ossobuco de cerdo deshuesado con maiz tostado y salsa de uvas’ y ‘Entrecotte de añojo a la parrilla con patatas panadera y salsa de pimienta verde de Madagascar (suplemento de 8,00 €).
Postres y vino
Los postres no son menos apetecibles: ‘Sopa de fresones y azahar con sorbete de hierbabuena’, ‘Piña asada con miel de caña de azúcar y ron añejo’, ‘Crema helada de higos y garnacha con queso quark y limón candy’, ‘Tarta de manzana al calvados Pays d’Auge’, ‘Sándwich de pistacho, frambuesa y chocolate blanco’ y ‘Helado de cacao con aceite de oliva virgen extra Koroneiki a la vainilla, confitura de cítricos y azúcar moscovado, pan de trigo ecológico de Leciñena y sal Maldon’ (suplemento de 3,00 euros).Incluye también pan artesano, agua mineral natural sin gas y vino recomendado, que ahora es el Heredad H, de la D. O. Campo de Borja.
Y todo disfrutando del profesional servicio del equipo de cocina y sala que dirige Solanas y de la acertada y acogedora decoración del Aragonia Palafox.
